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De bandidos y coyotes (PARTE 1)

Actualizado: 9 ago 2022

Ladridos de coyote retumbando a la distancia; un inmenso mar desierto, vasto de arenas y dunas, se mantienen bajo un cielo anaranjado y un sol dormitante, finalizando su turno para dar paso a la luna, quien avanzaba a paso lento sobre las vacías calles de Santa Fe, Nuevo México.


En las afueras de este pueblo nos encontramos con dos sujetos, uno herido y uno nervioso, caminando tras la secreta visita de Tomas a la casa de su novia Samanta Gómez, la hija del alcalde de Santa Fe. Si bien no era la primera visita prohibida, era la primera en la que no pudo salir ileso, dado a que los guardias lograron evitar su entrada con un disparo en el pecho, razón por la cual él y Javier volvían con esfuerzo a Nuevo Hidalgo, Sonora; su humilde ciudad.


‌Si bien el pueblo estaba a día y medio cabalgando de su ciudad, el anochecer y las fuerzas de su caballo, Romero, los demorarían más. Pero ante estos sucesos, era mejor apresurarse antes de que los coyotes apareciesen; tras haber subido al herido en la caravana, partieron a gran prisa…


‌— Te dije que era una mala idea, Tomás — reclamó con esfuerzo Javier, quien a duras penas controlaba al equino — Desde antes de venir te lo dije.

— Por favor, solo fue una simple visita — replicó Tomás agarrando su herida, con un gesto adolorido. — Nada de que preocuparse, una minúscula bala.

‌La noche fría del oeste terminó dejándose caer sobre las dunas interminables del desierto, causándole una angustia inmensa a Javi por el tiempo que le quedaba a Tomás.

‌— Sabes bien el tipo de pueblo en el que ella vive; — comentó Javi mientras espoleaba al caballo — Sabes que después del toque de queda nadie debe salir, porque se atiene al temible e inhumano grupo de Don Carrillo, si es que no te encuentran los coyotes, en el mejor de los casos...


Como una horrible sincronía, los coyotes aullaron a la luna con gran fervor, causando intranquilidad y escalofríos a los viajeros. A lo lejos divisaron un par de casas, pero ambos sabían que eran ruinas de un antiguo pueblo, destruido por la ira de Don Carrillo... Tras pasar de largo el pueblo, se hizo visible una caravana que se acercaba a gran velocidad... Sus intenciones eran cuestionables


Escrito por Emiliano Zárate Paz, 6 de abril 2020

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