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Eduardo en la ciudad de los sueños perdidos

Actualizado: 2 oct 2023


Esta es la historia de Eduardo, un joven que, dado a su pasado, ha perdido su memoria y amigos; ahora lo único que le queda es su fuerza vital y una libreta misteriosa… Junio 7, 1993 Por alguna razón que desconozco, desperté en el medio de una serpiente de asfalto, con grandes y ruidosas bestias metálicas que marcaban dicha serpiente con el caucho de sus pies…al lado de una libreta con la fecha de hoy: Junio 7, 1993. Debería estar muerto…Pero me siento más vivo. Mi memoria…aun afectada… Solo con el vago recuerdo de un horrible suceso…alguien me había atacado…a una mujer…mi prometida…o al menos eso parece. Dado mi falta de memoria, anotaré todos mis sucesos. Como si de un reflejo se tratase, me levanté lo más rápido posible y me moví de la ahora inhóspita carretera, hacia en camellón más cercano a esta. Estuve caminado un largo rato…hasta que percibí una breve iluminación a lo lejos de la carretera…Con suerte fue una un pequeño pueblo del Distrito Federal, pero con toques británicos…se llamaba Fürgten… Los edificios luminosos me intimidaban cuál gigantes con armazones de piedra y acero, por lo que camine al fondo haya encontrar una choza abandonada… Junio 10, 1993 Llevo ya 3 días en esta casa… No indague más en estos detalles, ya que aquel día venía cansado y dolido; lo único que llegue a checar automáticamente fue que la casa tuviese un lugar digno para acostarse; tras confirmarlo, me deja caer en un profundo sueño… Desafortunadamente, el sueño se torno en pesadilla, mostrándome breves pero horribles imágenes de estudiantes ensangrentados y muertos corriendo en las calles, y yo estaba corriendo con la que parecía ser aquella chica…la de mis recuerdos…uno de ellos se acerco y me dijo: “Pudiste salvar…nos.…”. Mi cuerpo se petrifico, mi memoria recordó aquel joven que murió en mis brazos, pero lo convirtió en una tortura. “No mere…me…reciamos esta muerte”. Cuando desperté, mi cuerpo estaba cubierto de un helado sudor que me paralizó por un buen rato…Mi mente se convencía de que no era real, nada había pasado… Junio 13, 1993 Tras los sueños de hace 3 días, empiezo a alucinar cosas: a veces tengo una herida, a veces desaparece; por más que le trate de explicar al psiquiatra de la ciudad Psymon Mindfild, el alegaba que para poner fin a estos sueños debía volver al lugar en donde había estado antes, cosa que no me hace sentido alguno y me hizo hervir de ira y desesperación… Una profunda desesperación que me hizo desconcentrarme de la carretera, casi chocando mas allá del peñasco… Junio 17, 1993 El día de hoy no me he sentido bien…mi mente sigue dando vueltas sobre aquel sueño…en todas las vidas que se perdieron…a quienes deje atrás…me la pase decaído y deprimido este día… Mis pensamientos solo giraban sobre lo mismo: muertes injustas, dolores, perdidas… Todo lo que acontecía a mi alrededor evocaba aquellos recuerdos: un diploma de preparatoria, los insoportables chillidos de los carros policiales, el noticiero anunciando un fallo en el metro. Cansado de estos fantasmas del pasado, deje que el sueño me consumiera… Junio 26 1993 Tras obtener mis memorias, he conseguido casi todo lo que soy: mi nombre era Antonio, aquella chica del sueño fue alguna vez mi prometida, tenía otros tres amigos y un hermano, quienes me ayudaron en contra de los secuestradores de mis padres, quedé herido, estuve en un falso hospital con un falso periodista, mate al periodista, mis amigos murieron a mano de los Halcones… Sin embargo, los sueños continuaron acuchillándome cada pedazo de mi mente; pero el día de hoy, acabaré con estos tormentosos recuerdos… Tras indagar lo que ocurrió, he decidido volver a aquella plaza…al desafortunado suceso…al lugar donde todo finalizó… Por lo que seguiré al pie de la letra lo que los sueños me narran…dejando cada escrito de esta libreta como notas de una vida pasada… Tras haber escrito esto, Eduardo se encaminó hacia el centro de la ciudad, en una plaza llamada “Los Tres Recuerdos”, en la cual supuestamente lo habían asesinado… Tras llegar al lugar, se percató de que en medio de la plaza se encontraba Lucía, quien permanecía inmóvil, por lo que su emoción no se contuvo y fue a encontrase con ella… Grande fue su sorpresa que, al verlo, ella le dijo “¿No lo entiendes? No queda nada…” mientras se desbarataba cuál porcelana frágil cayendo de la estantería… Eduardo se volvió a petrificar, al mismo tiempo que notaba que toda la ciudad de Fürgten también caía a escombros, con sus memorias y recuerdos a un abismo sin fondo. Cuando por fin pudo comprender todos sus recuerdos y la razón por la que estaba allí, la ciudad terminó engulléndolo al final a el también…



Escrito por Emiliano Zárate Paz, 3 de marzo 2020

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